El sistema disipa la energía a través del movimiento de los marcos de acero que se sitúan alrededor del edificio principal a lo largo de las paredes exteriores. Los marcos pueden ser parte del diseño inicial de un edificio o podrían ser incorporados en un edificio que se sometan a una adaptación sísmica. Estos, según los investigadores, son económicamente viables para su construcción, ya que todos los materiales empleados son los utilizados comúnmente en la construcción y todas las partes se pueden fabricar utilizando los métodos de fabricación ya existentes.